Entró segura. Siempre sabe lo que hace. Al final , más arriba la esperaba el juego.
Sería tan fácil como un anagrama. Segura de su genialidad supo esperar el momento. Fue la dialéctica el nexo horario, la retórica una cortecía innecesaria. Fueron muchas palabras, muchas más las salidas. Ese fué el juego, no quedar encerrado. El vino tinto aportó el glamour.
Salió segura. Siempre sabe lo que hace. No volver a entrar.
Las palabras habían diseñado otro callejón sin salida .
Bueno, parece que encontré la horma de mis zapatos.
ResponderEliminarY los anagramas no son tan fáciles!!!