sábado, 17 de octubre de 2009

En el lugar correcto

El jueves comencé el día con mis habituales entrenamientos matutinos con la diferencia que arranqué desde un lugar distinto, la casa de Kiá, luego de cerrar lo que para ella fué un día perfecto. Salimos, cenamos, bebimos moderadamente y conversamos desenfrenadamente como solo ella y yo podemos hacerlo. Si bien para mi no fué un día perfecto (tuve que trabajar) me encanta terminar el día con quien me hace sentir importante y querido y Kiá es la mejor para eso.

Así pasé mi día de trabajo, contento, completo, sin altibajos. Esto también se lo debo a mi jefe que se fué de viaje, porque él si sabe desestabilizarme. Luego encaré mi segunda sesión de entrenamiento con el habitual One Hour Running para ir cerrando el día con una reunión con Michell con la cual tengo negocios sentimentales cerrados y monetarios por cerrar. Tuvimos una agradable y madura reunión, nada de temas sentimentales, prácticos, sobrios... todo parece estar en su lugar.

Por otro lado Kiá cerraba su sesión con la psicóloga y estaba haciendo de las suyas por la zona colonial, amigas , bebida, having good times. Cosa no habitual en ella me llama dos veces y me envía un SMS expresando sus sentimientos y deseos de verme. Así que sin dudarlo salí a su encuentro. Estuvimos charlando y bebiendo (que raro!)yo un poco, había entrenado mucho y Kiá me sacaba una bordalesa de ventaja. Ya un poco pasada de tono sus palabras no dejaban de ser miel en mis oidos. Por un momento me pareció verla abrazada a alguien, puede que la haya visto zafar elegantemente de algún acosador momentáneo, pero no son cosas a las que preste atención cuando estoy tranquilo y sobre todo si confío que quien está conmigo no es de meterse en lios. "Te encontraste con algún novio?", pregunté yo, a lo cual me contestó: " si, tu". Fuimos a casa y luego de charla dormimos apaciblemente.

Obviamente no entrené en la mañana pero si lo hice en la tarde luego de trabajar. Como suele ser costumbre participo de las charlas que se hacen en el parque entre los ciclistas, pero tengo que reconocer que no es algo en lo cual me sienta ciento por ciento incluido. Quizás no esté en el lugar correcto, por afinidades digo. Tal vez la edad (soy uno de los más viejos)y el parque se parece cada vez más a un teenager's fashion friday; bicis carísimas, buenas pilchas y mucha presunción. Cosas que a mi edad ya no me atraen tanto. Aunque ahí estoy...

Luego me invitan a un bonche con las empleadas de la oficina, incluida la esposa del jefe. Debo ir por formalidad y buen compañerismo aunque no me atrae en absoluto. Soy un jefe y no puedo ir a mostrar mi peor cara, es una cuastión ética. Hubiera estado más a gusto en una cena u otro tipo de actividad, pero en una disco? No gracias. Luego de estar una hora con ellas y haberme bebido un vaso de vodka que me cayó como una bomba, decidí irme. Las chicas estaban muy alegres y también entendí que si ellas deseaban mostrar su peor cara estaban en todo su derecho y yo precisamente no era el mejor espectador. Mi permisividad y ética decían que ése no era el lugar correcto.

Apenas salí llamé a Kiá, ella si sabe hacerme sentir bien. Ése era el lugar correcto y ya se lo había planteado antes de salir. Pero sin ni siquiera haber salido del parqueo me responde que no tiene ganas de salir, no tiene ganas de beber y no tiene ganas de verme. "NO tienes ganas de verme?" pregunto, y me responde muy apacible, "NO, NO tengo ganas de verte". Salí medio desconcertado, no se si por efecto del vodka o por VodKiá. Volví a llamarla para expresarle mis deseos y confirmar la falta de los suyos. Bueno, ella deseaba, pero no lo mismo que yo. Así que adiós lugar correcto.

Este tipo de expresiones suele bajar mucho nuestra autoestima, pero nada! son bicocas para mi me dije.
Intenté por algunos minutos ir a algún lado, me bebí una cerveza por ahí y me di cuenta que estaba perdiendo el tiempo. Ese tampoco era el lugar.

Ya en casa pensaba en la soledad, en lo bien que suelo sentirme solo y lo bien que me encaja. Por un rato me sentí estable hasta que caí dormido.

Esta mañana me levanté con la sensación de estar donde me corresponde, en el lugar que adopté como mio, mi casa, mi refugio y me sentí bien.


No se puede estar estable, eso es solo una sensación pasajera. Es como la gloria, el triunfo de una competencia, un instante inmensurable que dura lo que dura la euforia. Ojo que hablo de los buenos momentos porque en lo que refiere a los malos pareciera ser que la remanencia es diferente, el proceso de recuperación es mayor ante el dolor (Y si, qué estúpido yo... uno no se recupera de estar bien).


Ahora me siento estable, pero se que se acabará en breve. Caos y meseta, así vivimos.

Si, en breve...

...la voy a llamar a Kiá

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