Hoy es el cumpleaños Nº 77 de mi padre.
Vine a la Argentina buscando las huellas de regreso, cuales Hansel y Grettell arrojaron las migas de sus galletas para no olvidar el retorno, sin haberme dado cuenta que había comido mis galletas al llegar a Dominicana allá por el 2006.
Aún recuerdo cuando mi viejo todo lo anotaba, y marcaba cada paso,cada cosa que hacía porque se daba cuenta que estaba perdiendo la memoria. Pero no percataba por ése entonces que hasta la razón iría a perder.
Tiempo atrás desesperó creo y borró todo lo anotado, tal vez buscando nuevas pistas, o simplemente siguiendo a su razón.
Que tenacidad, que perseverancia; sigue siendo el ejemplo vivo que no hay que rendirse nunca. Aún en algunos lapsos recuerda que la memoria falla (que ironía que recuerde eso) y no pierde las esperanzas de encontrar la cura.
Pero a mi no me pasa lo mismo, yo no tengo tanta fe como él que alguna vez recuerde, me recuerde.
Mañana por la mañana te saludaré y me darás las gracias, sabrás que soy alguien que tu conoces que vive afuera y gana dinero con máquinas de apuestas, y le preguntarás a Ma porqué duermo en su casa.
Según registro y puede que la memoria me falle (sabemos que es selectiva) mi último cumpleaños con mi padre fue para sus 70, porque honestamente para sus 71 no me acuerdo. El resto los pasé fuera a todos.
Dicen que la distancia es el olvido...no para nosotros los argentinos.
Hoy se cumplen 77 años desde que nació el gran Cacho y 4 desde que se fue. Aún sigue vivo y algún día se llevarán su cuerpo. Los años que siguen no tienen cuenta, cumplirá por siempre mientras la memoria y el cuerpo mio aguanten y no renunciaré al recuerdo como él nos ha enseñado.
Vine desesperado para su cumpleaños Nº77 y como les dije arriba, los de hoy ya no se cuentan con números. Se que las circunstancias no dan aviso, se viven al momento simplemente. No debo sentirme culpable.
Pero aún así siento que me comí algunas galletas.
Feliz cumple viejo!
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